Hoy este post lo quiero escribir desde mi lado más personal y humano. M. Ángeles López Abellán.
No me gusta la celebración de días especiales «de», y espero que se entienda bien mi sentir, me molesta porque eso demuestra que todavía queda mucho trabajo por hacer, en cualquier ámbito que dé lugar al nombre del día.
Sería interminable la lista de mujeres a las que quisiera rendir homenaje, la primera a mi madre que estando al cargo de tres hombres y su madre enferma, se empeñó en recorrer 300 km. en moto hasta Madrid para realizar un examen y obtener su propio título de profesora de Corte y Confección, no le hacía falta para desarrollar su trabajo pero era importante para ella. Hablo del año 1945 cuando ya reivindicaba un derecho para sí misma. Ese era el carácter de mi madre.
La trayectoria profesional de Itziar comienza en el mundo de la hostelería, pasando por distintos puestos de trabajo, como camarera, ayudante de cocina, maitre,…hasta gestionar un restaurante en la organización de eventos y congresos.
Pronto llegaría su primera cocreación empresarial junto a Javier Segura, (el tándem perfecto rompiendo esquemas) la empresa de consultoría tecnológica, Mío Research Labs.
Así nace Dual Link, empresa de tecnología de herramientas de gestión, TPV para el sector hostelero, empresa que ha día de hoy ha traspasado fronteras y océanos.
La petición por parte de un cliente de un programa de gestión les hizo investigar el mercado para encontrar la mejor solución, fue aquí cuando descubren que lo que hay en el mercado, no ofrece la calidad deseada y deciden crear ellos la propia herramienta, utilizando la experiencia que ya tenían en desarrollos y adaptándola al nivel de sencillez y funcionalidad que el cliente necesita.
Mujeres como Itziar, al igual que otras muchas, son las que me inspiran y me dan fuerza para seguir adelante cada día con mi proyecto y emprendimiento. Pero, para que sea visible el éxito de estas mujeres y que lleguen a ocupar el lugar que les corresponde por mérito propio, se necesitan hombres que, como Javier Segura, sean capaces de reconocer el talento y de trabajar codo con codo para desarrollar su proyecto y llevarlo juntos al más alto nivel.
Porque de esto va la vida, de personas, de habilidades y talentos que suman. De crear redes y sinergias para multiplicar las bondades y servicios que puedes dar al mundo, seas hombre o mujer, sin tener que renunciar a nada ni a nadie.
Lo mismo que si un hombre decide quedarse en casa cuidando del hogar y sus hijos, está en todo su derecho y cada vez son más los que eligen esta opción. Se trata de equipos, de cumplir objetivos y llegar a metas sin importar el modo, siempre que sea consensuado.
No creo en la igualdad banal, y me viene a la mente una frase que he leído recientemente de otra gran y admirada mujer de nuestro tiempo, Esther Guilabert Bordonado, que decía «Los hombres y las mujeres no somos iguales y en ningún caso esa debería ser nuestra aspiración, sí somos equivalentes y merecemos, por tanto, asumir las mismas responsabilidades y disponer de las mismas oportunidades»
Totalmente de acuerdo con esta visión de la igualdad, pero muy a mi pesar, todavía queda mucho por hacer. Cuando una mujer decide emprender una carrera profesional sin renunciar a tener hijos, no podemos dejar de sentir «culpabilidad», Sí, culpabilidad si el niño está con fiebre, si las notas han venido más bajas, si nos reclaman para una actividad del cole, o en el caso de tus padres cuando son mayores y necesitan cuidados, si,..si… y no siempre estas ahí.
¿Me ha pasado solo a mí?
¿Algún hombre se ha sentido culpable por estos u otros motivos, o simplemente le ha pasado por la cabeza?
Y…, otro debate que no entrar hoy, sería la economía de «cuidadores», hay estudios realizados en distintos países desarrollados que ponen de manifiesto que si el cuidado de niños, mayores o economía doméstica estuviese cuantificada, hablaríamos del 15% del PIB, en muchos casos. Ahí lo dejo!
Creo que venimos a vivir, a disfrutar y desarrollar todos nuestros talentos sin tener que renunciar a nada, para eso necesitamos que todos vayamos en el mismo barco y remar juntos.
Sueño y deseo que llegue el día que no tengamos que celebrar el día de La Mujer.
M. Ángeles López Abellán